El profesor Josep Duart apoyará la investigación de Conecta-TE durante un semestre en Los Andes

Después de su visita a la Universidad de los Andes durante el 2016, en el marco del Encuentro Nacional de Investigadores e Innovadores, Innova-TE 330, el profesor e investigador Josep Duart de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC) regresó para pasar un semestre en Conecta-TE apoyando varios proyectos de investigación. Nos sentamos con Duart para discutir el presente de la educación virtual en la Universidad y los proyectos que adelanta en este semestre.

Actualmente, ¿qué tipo de proyectos te encuentras desarrollando junto al equipo de Conecta-TE?

Son varios proyectos. Estamos trabajando en un estudio de caso referido a los efectos y el impacto de Conecta-TE en el ámbito educativo uniandino. El estudio está conformado por una unidad de docentes creada hace un par de años, que basan su análisis en los cambios relacionados con los beneficios de las tecnologías en la práctica docente, junto a los cambios favorables que han logrado las dinámicas del aprendizaje enfocadas a los estudiantes.

Otro muy importante, que es por lo que estoy aquí, es que estamos coliderando, junto con la UOC y Uniandes, un proyecto de investigación con la ayuda de doce universidades colombianas. El proyecto es sobre el efecto e impacto de las tecnologías aplicadas en la educación superior de Colombia. Este es un trabajo muy ambicioso, hay diez universidades acreditadas, que yo creo son las mejores del país, pues aparte de Los Andes encontramos a la Universidad Nacional, la Javeriana, la Sabana y EAFIT, entre otras. Por otra parte, en otro tema que trabajo por estos días es la revisión de un proyecto organizado desde el pasado mes de abril respecto a cómo ha salido la convocatoria “Colombia Científica”, la cual se encuentra en una fase bastante avanzada.

Y el cuarto, pero no menos importante, es todo el asunto de la revista ETHE (International Journal of Educational Technology in Higher Education).

En línea con lo que mencionas, ¿cómo ha evolucionado el trabajo de la revista conforme al acuerdo firmado para su coedición junto a la Universidad durante el mes de abril de 2016?

Es una buena oportunidad para estar aquí porque puedo trabajar directamente con Álvaro Galvis (líder de innovaciones en pregrado y coeditor de la revista). Así mismo, puedo buscar las maneras para que la Universidad mantenga el grado de implicación que ha mostrado hasta ahora con la revista, pero, sobre todo, teniendo el foco en su difusión alrededor de la comunidad latinoamericana, porque más allá de que la revista esté en inglés, nos interesa dar a conocer a esta como una de las mejores revistas que existen en el ámbito educativo y tecnológico.

Respecto a esa búsqueda, ¿cómo has visto el impacto a nivel regional del trabajo de la revista, en relación con el buen número de publicaciones científicas que manejan actualmente?

Lo que creo, sobre todo en el ámbito americano, es que hay un incremento constante y muy rápido de lo que es el potencial de la investigación; sin embargo, no cuenta con los niveles de publicación de otras partes del mundo. Si comparamos la de los países europeos con la de los latinoamericanos, pues hay muchas diferencias, pero está cambiando muy rápido. Lo bueno es que existan espacios en la revista capaces de atraer los mejores artículos del medio científico.

No obstante, insisto que lo más importante es que haya políticas por parte de las instituciones y los gobiernos que potencien la creación de grupos de investigación serios, capaces de hacer investigaciones pertinentes que puedan ser publicadas en revistas internacionales. En ETHE estamos recibiendo un volumen importante de artículos de todas partes del mundo; Ghana, Australia, Malasia, India, por nombrar algunos países. Si convenimos que la tasa de aceptación es de un 25%, que es muy baja, pero que está ligada a lo dicho anteriormente (los artículos no demuestran un buen lineamiento investigativo), pues todo tendrá un mejor y más selecto resultado. Y es una de las cosas que estamos empezando a hacer aquí, desarrollar un curso o programa de cómo publicar en revistas científicas.

Resumiendo, creo que en América Latina y, sobre todo en México, Colombia y Chile, se ha logrado un ascenso importante en la publicación de las investigaciones.

Sobre las dinámicas en la aplicación del e-learning, ¿cómo ves que están avanzando en Uniandes, en el sentido de apertura y aplicación?

Creo que muy bien. El hecho que Uniandes tenga Conecta-TE ya es una muestra del interés que la Universidad tiene para la introducción de este tipo de dinámicas aplicadas a la educación. Además es muy importante que universidades como esta, por el prestigio que tienen, estén dando el paso de tener cursos blended, de empezar a ejecutar y lanzar MOOCs, etc.

Esto se debe, en gran parte, a lo mal que se ha hecho en las instituciones normalmente no acreditadas, dando como resultado una generalidad, pues las personas concluyen que esto se trata de una formación de segunda, de algo que no tiene cabida. Cosa que no pasa en absoluto en los países de América del Norte, Europa o Australia, pues universidades como Yale, Stanford, MIT, desde hace muchos años, tienen maestrías completas totalmente online.

¿Y qué pasa en Colombia? Como ya te lo he dicho, estas universidades no acreditadas han hecho programas de muy poca calidad, han pensado que esto es poner unos cuantos PDFs y ya está; y las universidades acreditadas y de buena calidad no habían hecho muchos avances por esta labor. En ese sentido, la Universidad de los Andes es pionera, ya que ha tenido una apuesta firme desde hace varios años, haciendo de los resultados no solo importantes para la Universidad sino también para el país. Porque si las personas empiezan a ver que Uniandes ofrece cursos virtuales de calidad, a la par de las mismas condiciones de uno presencial, obtenemos un panorama positivo para cambiar la reputación de la educación a distancia de este país.

Tomando como base al protagonista de estas dinámicas, el estudiante, hablemos sobre el poder de la personalización en el e-learning.

Aquí hay un tema que va cambiando, es decir, por una parte, el e-learning de por sí es una modalidad educativa centrada en la personalización, lo que no quiere decir que sea mejor o peor, creo que todo es complementario. Siento que la personalización es el cambio del futuro, es decir, que lo que te ofrecen estos entornos mediados por la tecnología es la capacidad de liderar tus propios procesos de aprendizaje. Si a esto le sumamos la respuesta a la pregunta que me decías, «¿y esto cómo va a pasar?», creo que la sociedad cambia de una manera a lo que se está llamando —desde hace años en Europa, pero que se ha empezado a discutir mucho aquí— “la formación a lo largo de la vida”. Es decir, tú eres periodista, estás estudiando ahora o terminas una maestría. Te aseguro que en diez años, probablemente, podría haber quedado obsoleta, y no es porque los años le hayan sentado mal sino que la sociedad evoluciona con una rapidez muy grande, entonces vas a necesitar seguir con tu proceso de formación. No vas a necesitar que te lo digan, pues el mismo mercado dictará que ya no eres competente para realizar lo que haces.

Por tanto, tienes que empoderarte de tu aprendizaje y continuar avanzando. Y en ese entorno laboral, en el cual no dispones del mismo tiempo para adelantar tus estudios, no te queda otra opción que continuar tu formación.

Tu último libro, “La universidad en la sociedad red”, fue publicado en 2007. ¿Piensas llevar estos proyectos de investigación con Conecta-TE, Uniandes y demás contextos educativos a un nuevo libro?

Sí, de hecho, la intención del proyecto de investigación que te compartí es que se convierta en un libro, además de contener otra investigación realizada en Cataluña con toda la población estudiantil de las universidades, tanto profesores como estudiantes, de ahora hace diez años. Creo que fue interesante porque en parte de los datos que obtuvimos vimos un poco hacia dónde estaban yendo las cosas; una de las más curiosas era observar como los estudiantes y profesores usaban los medios tecnológicos, pero luego no los llevaban a las aulas, es decir, el grupo docente era un núcleo muy tecnológico. Sin embargo, no lo aplicaban en su ámbito profesional.