Buscamos que la comunidad docente vea en estos espacios la oportunidad de buscar soluciones de manera ágil, a alguna necesidad específica, relacionada con las temáticas de los Retos. Esto se traduce en un proceso donde ponen de manifiesto con pares y equipo Conecta-TE aquello que les inquieta sobre una actividad o que definitivamente no han logrado poner en juego dentro de sus propuestas formativas. Además, en el proceso que les invitamos a vivir encuentran momentos de conversación con colegas que presentan situaciones o necesidades similares y de resolución, en conjunto con los asesores, desde la aplicación de técnicas, implementación de herramientas o desarrollo de habilidades específicas. Lo anterior converge en diseños que permiten probar las soluciones encontradas.

En lo que respecta para el equipo acompañamiento, esta estrategia permite profundizar en las temáticas de los retos y encontrar alternativas pedagógicas y tecnológicas para atender la necesidad planteada por cada docente. Esto facilita que, durante las 8 o 9 semanas que dura el acompañamiento, el diseño gire en torno al tema de cada Reto, sin que ello implique una revisión de todos los aspectos del curso.

A nivel institucional, estos espacios de formación representan una alternativa para que los docentes encuentren apoyos pedagógicos puntuales para atender situaciones que les inquietan en sus aulas, además es una alternativa para avanzar en el desarrollo de las competencias digitales de los profesores.

Cada participante se aproxima a su contexto educativo para entender las necesidades de sus estudiantes, lo cual les permite caracterizar oportunidades y obstáculos para el aprendizaje. Esta exploración ocurre de manera individual, pero los resultados y las reflexiones se socializan con colegas participantes del Reto al que se inscriben y con el equipo pedagógico y tecnológico. De esta manera, no solo comparten sus hallazgos, sino que enriquecen su punto de vista con los hallazgos, interpretaciones y reflexiones de sus colegas. Gracias a esto, se ha propiciado la identificación de momentos, experiencias y desafíos comunes en la docencia que trascienden las disciplinas e incentivan los procesos reflexivos de la práctica. 

Con base en los resultados de la fase de empatía y el apoyo del equipo pedagógico y tecnológico, cada participante emprende el análisis de aspectos y situaciones encontradas en el contexto educativo para develar las necesidades o problemáticas a intervenir. Posteriormente, se priorizan las acciones que harán parte del diseño pedagógico para hacer un mejor uso de los recursos y enfocar los esfuerzos docentes. 

De manera individual, grupal y con apoyo de Conecta-TE, cada participante explora diferentes ideas o alternativas de solución para sus necesidades. Esta fase resulta especialmente estimulante porque cuentan con la posibilidad de identificar ideas refrescantes provenientes de otros actores y se genera interés genuino por los proyectos de sus colegas, lo cual promueve sentido de colaboración y comunidad. 

Con apoyo del equipo pedagógico y tecnológico, cada participante hace priorización de las ideas generadas en la fase anterior y selección de las más pertinentes para cada contexto educativo. Posteriormente, desarrollan prototipos en papel o funcionales que pueden ser probados con usuarios reales para identificar oportunidades de mejora de la propuesta, anticipar aciertos y desaciertos y prever la efectividad del diseño tecno-pedagógico.  Esta fase marca el cierre del proceso de diseño y permite la planeación de los detalles necesarios para la implementación. 

Cada participante cuenta con el acompañamiento del equipo de evaluación para recopilar las experiencias de sus estudiantes, analizar la efectividad de los diseños y reflexionar sobre su propio proceso de desarrollo profesoral e innovación pedagógica.